El aire seco como problema: resfriados y otros síntomas de baja humedad
Garganta seca, piel agrietada, tos, mayor propensión a los resfriados... Todos estos son posibles síntomas de un aire crónicamente seco en la habitación. La razón: el aire seco promueve la sequedad de la piel y las mucosas, lo que aumenta el riesgo de infección. Esto es especialmente problemático en invierno, ya que las bajas temperaturas y la calefacción pueden agravar una disminución significativa de la humedad en la habitación. Como resultado, la salud y el bienestar se ven afectados.
Aire seco: ¿qué significa esto?
El aire que respiramos contiene no solo oxígeno, esencial para la supervivencia, sino también humedad en forma de vapor de agua. Esta se expresa como humedad relativa. Esta depende de la temperatura, ya que cuanto más cálido es el aire, más vapor de agua absorbe. Dependiendo de la habitación y la actividad, una humedad relativa del 40 al 60 % se considera óptima. El aire por debajo del 40 % se suele denominar aire seco.
La baja humedad puede manifestarse con muchos síntomas
El aire seco permanente puede resecar nuestra piel. No hasta el punto de morir de sed, sino hasta el punto de perjudicar gravemente nuestra salud y bienestar.
La baja humedad es un problema principalmente del aire caliente en invierno.
El problema del aire interior demasiado seco se presenta principalmente en invierno. En la estación fría, la calefacción funciona a toda potencia, lo que puede provocar un aire interior bastante seco. Además, el aire exterior frío ya es mucho más seco que en verano. Esto se debe en parte a que el aire frío puede almacenar menos vapor de agua y en parte a la falta de vegetación, que, al igual que los humanos, evapora líquidos al respirar.
Aire seco: ¿cuál es la causa de los resfriados y la gripe?
Durante mucho tiempo, no se comprendió por qué la gripe siempre aparece en invierno ni por qué las personas son más propensas a resfriarse. Ahora sabemos que esto no se debe a un aumento de virus en invierno. Tampoco a que haga frío y humedad afuera. Se debe principalmente al aire seco y caliente en habitaciones cálidas. Especialmente en oficinas, gimnasios y transporte público, el aire suele ser seco y sin ventilación. Esto, sumado a los gases exhalados por las multitudes, crea un caldo de cultivo ideal para virus y bacterias.
La mucosa nasal necesita humedad.
Las membranas mucosas forman parte del sistema inmunitario. Sin embargo, necesitan suficiente humedad. Las membranas mucosas secas tienen menor capacidad para combatir patógenos como virus y microorganismos al respirar. Normalmente, los numerosos cilios y pelos de las membranas mucosas se utilizan para expulsar bacterias y sustancias nocivas del cuerpo. Sin embargo, esto solo funciona si hay suficiente humedad y secreción de moco.
A los virus les encantan los ambientes secos.
Un estudio realizado en 2009 en Estados Unidos identificó una relación entre el aumento de casos de gripe y la baja humedad. Diversos estudios han demostrado que, con una humedad relativa baja, inferior al 35%, el riesgo de contraer el virus de la gripe A es aproximadamente tres veces mayor que con una humedad óptima del 50%. Esto se debe a dos razones: en primer lugar, los virus de la gripe se propagan mejor en aire seco y, en segundo lugar, permanecen activos en dicho entorno durante más tiempo que en aire húmedo.
¿Qué hacer si la humedad es baja?
Para evitar enfermedades y molestias, asegúrese siempre de que la humedad de su habitación no baje del 40 % durante un periodo prolongado. Esto suele lograrse con una ventilación adecuada y un humidificador, especialmente en invierno. Tampoco debe sobrecalentar la habitación. La calefacción mantiene la temperatura ambiente óptima en salones y estudios entre 20 y 22 °C. Si la humedad absoluta se mantiene, un aumento de temperatura provoca una disminución de la humedad relativa. La razón: el aire sobrecalentado puede absorber más humedad y, por lo tanto, no se satura tan rápidamente. Claro que, a veces, no puede hacer nada con el aire seco.
En estos casos, beber mucha agua tampoco ayudará mucho.Puede usar un humidificador de agua destilada. Elija un humidificador de 3 o 10 litros según el tamaño de la casa. Elimina las bacterias y los virus del agua hirviendo el agua del tanque a 100 °C. Las moléculas de agua tibia tienen baja densidad y se difunden más rápido, a mayor distancia y de forma más uniforme. El vapor de agua se dispersará por la corriente de aire hasta los rincones de la habitación sin mojar la mesa ni el suelo.
Además, los ungüentos nasales y las gotas oftálmicas pueden aliviar la irritación de las mucosas o los ojos. Para evitar que la piel del cuerpo y la cara se reseque, es recomendable usar cremas ricas en aceite o aceites nutritivos, como el de almendras.
El aire seco también afecta a los muebles y a las mascotas.
Sin embargo, el aire seco no solo es perjudicial para los humanos. Mascotas como perros y gatos, e incluso diversos muebles, también se ven afectados por el clima interior permanentemente seco. Ya se trate de muebles de madera maciza de alta calidad, cuadros valiosos o cómodos sofás de cuero, la falta de humedad provocará grietas y daños en la estructura de la superficie con el tiempo.